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Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
...
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
...
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme «¿Qué tal?» y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
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Mario Benedetti, "Amor, de tarde", in Antologia poética, 1999.
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